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21 Diciembre, 2021
FESAALP: "Averno", descenso a un mundo de mitos, fantasías y ensueño
Desde las 22 en el Pasaje Dardo Rocha, gratis, se verá la cinta de Marcos Loayza, una onírica exploración del imaginario mitológico andino elegida por Bolivia para competir por los Goya
25 de Septiembre de 2018 | 14:41
El boliviano Marcos Loayza, uno de los cineastas más prestigiosos del cine suramericano, pone rostro a personajes que desde hace siglos llevan al libre albedrío del imaginario mitológico andino, en su última película "Averno", ambientada en leyendas urbanas de la bohemia nocturna de La Paz y que se proyectará esta noche, gratis, en la Sala Polivalente del Pasaje Dardo Rocha, desde las 22, en el marco del FESAALP.
"Averno", elegida por Bolivia para competir por los Premios Goya, relata el viaje que debe emprender Tupah, un joven lustrabotas de El Alto, ciudad vecina de La Paz, para buscar a su tío extraviado en un mundo lleno de seres de la mitología andina que transcurre de noche. En esa búsqueda, el joven "se encuentra con un montón de cosas" que "le van a cambiar la vida", señala el cineasta, realizador de filmes como "Escrito en el agua" (1997), "El corazón de Jesús" (2004), y "Las Bellas Durmientes" (2012)..
"Todas las culturas tienen una versión del nacimiento del héroe, pero el mito lo que hace es encontrar el alma de cada sociedad", sostiene Loayza. Así, su "Averno", sería "el nacimiento de un héroe, pero desde el punto de vista de los Andes".
"Es un viaje al mundo de abajo, lo que en aimara se dice 'Manqha Pacha'. De alguna manera, el sinónimo más concreto de ese submundo de abajo es Averno, que no es el infierno", sostiene.
"Por otro lado, dentro de las leyendas urbanas de esta ciudad estaba el bar Averno, un bar mítico que ya ha cerrado pero por donde han pasado muchos intelectuales y mucha gente. Parte de la historia de la noche de esta ciudad ha transcurrido en ese bar", agrega el cineasta.
En ese viaje fantástico aparecen seres míticos andinos como el "anchancho", una especie de duende que transita en las fronteras del cielo y el infierno. O el "Lari Lari", un personaje al que los católicos identifican como demonio y que, según Loayza, es como "un interlocutor de las fuerzas más oscuras". No faltan los animales considerados sagrados como los sapos, muy vinculados con la "Pachamama" o Madre Tierra y presentes siempre en la cultura andina.
También están las "kataris" o "amarus", como se llama a las serpientes en aimara y quechua, respectivamente, animales identificados en el mundo andino con el "cambio" y la "luz", a diferencia de la cultura judeo cristiana, para la que significan traición, explica el realizador.
Además, aparecen otros personajes que sí existieron, pero que el cineasta considera "míticos" por su aporte a las letras y artes bolivianas, como el poeta Jaime Sáenz, el escritor René Bascopé o el pintor Humberto Jaimes.
El filme es un proyecto que viene madurando desde hace once años, cuando Loayza hizo el documental "El estado de las cosas" y obtuvo una "materia prima muy grande" sobre las cosmovisiones indígenas, mediante entrevistas a líderes de los pueblos originarios, filósofos y pensadores. A partir de esas conversaciones e informaciones, el cineasta comenzó a realizar dibujos imaginando el particular universo de “Averno”, que, como es propio del cine independiente y del cine en América latina, se volvían realidad en sets, revela Loayza, apenas horas antes de que los rodajes tuvieran lugar. “El equipo de arte trabajaba de día y nosotros filmpabamos de noche”, se ríe el cineasta.
Loayza, en diálogo con EL DIA, afirma además que se trata de una película con “muchas capas”: cada espectador podrá elegir "el nivel de profundidad o el tipo de lectura" que quiera darle a "Averno", ya sea como una película de aventuras, "costumbrista", esotérica, antropológica, o la relacionarán con situaciones culturales como "la fiesta, la noche, el rito, el alcohol".
La cinta, agrega, mezcla “lo psicológico, lo antropológico y lo cinéfilo”: estas tradiciones se entrecruzan en una propuesta osada y creativa que huye del realismo porque “cuando te escapas de la realidad las posibilidades son muchas más”. “Hoy el cine está yendo hacia las pequeñas historias, pero esta no es una historia minimalista”, advierte Loayza. "Esta película es un espejo totalmente distorsionado, no les muestro la realidad, sino les muestro sus sueños, su imaginario".