Marcos Loayza escribe su nuevo film en el agua

6 Junio, 1997
Marcos Loayza escribe su nuevo film en el agua
Intimo: el director boliviano dirige "Escrito en el agua", una mirada que intenta profundizar en las relaciones humanas.

Por Verónica Pagés

Publicado en La Nación

https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/marcos-loayza-escribe-su-nuevo-film-en-el-agua-nid70372/

 

Dirigir una segunda película cuando la primera fue un éxito es difícil. Hacerlo siendo extranjero y cuando la opera prima casi no fue conocida en el país anfitrión es más difícil aún.

Pero ninguno de estos obstáculos parecen serlo para Marcos Loayza, el director boliviano que por estos días se encuentra _junto a cuarenta personas_ desafiando los helados días de Chascomús en procura de volcar al celuloide la historia de "Escrito en el agua", su segundo largometraje luego de la multipremiada "Cuestión de fe".

Con Jorge Marrale, Noemí Frenkel, Marcos Woinski, Mariano Bertolini y Luciana González Costa a la cabeza del elenco, Loayza está realizando una "película intimista, contenida, que habla de sentimientos cotidianos", según define Loayza.

Manuel (Mariano Bertolini) es un adolescente de hoy, obnubilado por el mundo de las computadoras y de la Internet. Su padre (Jorge Marrale), que intenta sacarlo de su letargo, decide que lo acompañe a un viaje que debe realizar a un pueblito del campo _donde vive el abuelo de Manuel (Marcos Woinski)_ para resolver un problema en la empresa para la que trabaja. En ese lugar Manuel va a descubrir un mundo para él totalmente desconocido, que involucra al amor y a la naturaleza, pero también al miedo, a la mentira y a la desconfianza.

"Me conmovió esta historia, que no es para nada chiquita; al contrario, es inmensa, sensible y muy profunda. Además, me gusta lo que está haciendo Loayza, me gusta lo que intuyo de su cabeza, y me gusta el perfil que le encuentra a las cosas", dice Marrale en un corte de la filmación, mientras los técnicos modifican la escenografía y la vestuarista lo espera para el cambio de ropa correspondiente a la próxima escena.

Tanto en el set de filmación como en el hotel donde se aloja el grupo todo funciona como un reloj. Desde una de las paredes, una planilla _que se cambia todos los días_ organiza el despertar, el desayuno, la partida hacia la locación del día. Los minutos valen oro _se duerme o se trabaja_, y eso se nota en cada detalle: después de realizar la toma número trece de una de las escenas y cuando el director grita "corten... va", las casi treinta personas que se amontonan en el set estallan en un espontáneo aplauso que alude al fin de trabajo realizado y a la bienvenida de un almuerzo que la gente del catering tenía preparado desde hacía una hora.

Para Mariano Bertolini, éste es su primer protagónico en el cine, pero la pantalla grande ya lo tuvo en "El verano del potro", papel por el que fue nominado como revelación para el Cóndor de Plata, y hace pocas semanas terminó "La mala época", otro de los proyectos de los chicos de la Universidad del Cine. En la televisión participó en innumerables publicidades y fue el hijo del personaje de Oscar Martínez en "De poeta y de loco", uno de los unitarios que emitió el año último Canal 13.

"Esto es impresionante, y no sólo por el protagónico y la historia, sino porque el grupo es de no creer", dice Mariano, tan contento y entusiasmado que no le importa el frío y sigue con la remerita que utilizó en la última escena, mientras todos los que lo rodean se cubren con lo que encuentran a su paso para combatir el frío.

Esta es la primera vez que Loayza trabaja en la Argentina, y según él mismo aclara, "espera que no sea la última".

_¿Cómo fue que viniste a la Argentina a dirigir un film?

_Un día recibí un fax en mi oficina de José Antonio Ciancaglini (el productor), que me invitaba a reunirme con él. Nos encontramos en el Festival de Huelva y me propuso dirigir esta película, que está basada en un libro suyo y de su esposa (Graciela Torre Nilsson). Pensé que con algunos cambios la historia sería hermosa. Y bueno, me dijeron que hiciera la adaptación.

_¿Sabías que ya hay una película que se llama así?

_Sí, pero en realidad se llama Passion Fish, y fue traducida así al español. Pensé mucho en la posibilidad de cambiar el nombre, pero fue imposible. Ese es el nombre y no hay posibilidad de que otro calce.

_¿Por qué?

_Porque lo que le sucede a Manuel es algo que parece superficial, pero que es profundo y duradero. El agua se presenta como una metáfora de sus emociones internas.

_¿Cómo elegiste a los actores?

_Vi más de cien películas argentinas, fui muchísimas veces al teatro y vi innumerables programas de televisión. Para los papeles de los jóvenes, hicimos un casting al que se presentaron casi 400 chicos, de ahí salieron Mariano y Luciana González Costa, una estudiante de teatro del Conservatorio Nacional.

_¿Es lo que imaginaste?

_Siempre hay dudas, y hasta que no la vea terminada no lo voy a saber plenamente. Pero creo que algo está surgiendo, y es una linda sensación. El frío no da tregua en Chascomús, la sopa del almuerzo no alcanza para ganarle la batalla. Por eso, los hombres del grupo aprovechan el tiempo de sobremesa para jugar un picadito. Pero dura poco, hay que empezar de nuevo con otra escena. A una mínima señal de la asistente de dirección, todos empiezan a moverse al compás de una música que, por ahora, sólo ellos escuchan.

De Bolivia, con afecto

El realizador Marcos Loayza tiene 37 años y una larga historia en el mundo del cine documental y la televisión boliviana. Su debut cinematográfico, con un largometraje, no pudo haber tenido mejor acogida de público y crítica.

"Cuestión de fe", su opera prima, obtuvo diez premios en distintos festivales de cine internacional, como los de La Habana, Cartagena, Uruguay, Biarritz, Nueva Inglaterra (EE.UU.), Salamanca, Huelva y Trieste, entre otros.

En la Argentina no estuvo bien manejada por los distribuidores y apenas pasó, unas semanas, por un cine de Liniers. "La idea era que la vieran los bolivianos residentes en Buenos Aires, pero como aquí los bolivianos quieren pasar inadvertidos no fueron los que se esperaba. Quizá si la hubiéramos colocado en un cine de la avenida Corrientes hubieran ido sin problema", dice Loayza, esperanzado en que esta vez su película sí sea conocida por un público mayoritario.